La importancia de saber cómo refrescar una habitación, y decorar un espacio que define y abraza por las noches, se demuestra en cómo amanecen sus huéspedes a la mañana siguiente.
El dormitorio principal de un hogar supone el punto más importante para el descanso, la eliminación del estrés, y la expresión personal de quien lo ocupa. En los meses de más temperatura, el calor suma la dificultad de ser capaces de mantener la habitación cómoda, fresca y limpia, con los extras que suponen el polvo y el sudor que se pueda traer del exterior de la estancia.
1. Cuidar la iluminación
Desde la iluminación del dormitorio, hasta la elección de los tonos de los textiles y muebles, el color es una clave esencial para crear un ambiente relajado y fresco.
Una sala dedicada al descanso siempre será más provechosa si se sitúa en un espacio orientado con preferencia a la luz natural, pero también es importante vestir las ventanas y ventanales para que no entre un exceso de luz en aquellas primeras horas del día que aún se dedican al sueño.
Un estor o set de cortinas gruesas será la opción más estética para bloquear de lleno el torrente de luz de la mañana, en combinación con unas cortinas finas en tonos neutros claros o blancos para simplemente apaciguarla cuando se requiera una cantidad de luz eficiente pero moderada.
Para las horas en las que el sol empieza a dar algo de tregua, una buena iluminación de apoyo creará un ambiente más íntimo, perfecto para leer, meditar, o simplemente relajarse.
Para evitar el estrés de la sobrecarga visual, la mejor opción es buscar diseños sencillos, colores neutros y naturales, y soluciones simples: algunas velas para momentos de relax, unas lámparas de noche para las mesitas y escritorio, y una de pie para ese espacio extra.
Como iluminación principal, una lámpara Tet Osi aportará estilo y naturalidad, creando armonía con el resto de elementos.
Para la decisión sobre si optar por luces blancas o cálidas, la selección más cómoda será una ligeramente cálida, con buena intensidad para la principal, y bombillas con luz más anaranjada y tenue para las lámparas complementarias.
2. Atender a las texturas y colores
Las paletas de tonos claros y naturales, permitirán dar un toque personal, en el que se aconsejaría buscar referencias a lugares que atraigan la sensación de paz que se quiera llevar al dormitorio.
Unos ligeros tonos azulados y grises pueden recordar al mar, o un añorado pueblo pesquero, mientras que una interesante elección de plantas y una paleta de neutros marrones y terrosos traerán la naturaleza de la montaña al espacio que se esté preparando.
Es importante entender que la asociación de los colores y la relajación se da por medio de tonos siempre claros, naturales y suaves, por lo que se recomienda evitar tonalidades excesivamente llamativas o colores difíciles de encontrar en la naturaleza.
Los textiles son una parte esencial del dormitorio, y pueden cambiar una estancia por completo sin necesidad de hacer más alteración, que mudar la ropa de una cama. Esta condición no se basa sólo en el color, sino que también depende en gran medida de las texturas de los textiles elegidos.
Para mantener el frescor en el dormitorio, se aconsejan telas finas, suaves y fáciles de combinar, siendo el lino una buena opción; y por el contrario, se deberán evitar las pieles, sintéticas o reales, las plumas y las lanas.
Si se desea compatibilizar una habitación fresca con una alfombra en la que poder descalzarse sin ganar sensación térmica, una buena solución será cambiar la anterior por una alfombra de verano, compuesta de fibras naturales, ya sea bambú, ratán u otros.
3. Mantener la temperatura estable
Un paso esencial para tener una habitación fresca, es saber mantener la temperatura ligera sin llegar a un punto de frío que se pueda hacer incómodo, y a poder ser que tampoco signifique una gran diferencia con el resto de la casa. De esta manera, se podrán evitar cambios bruscos de temperatura, que a parte de incómodos, pueden facilitar varios tipos de malestar.
Una de las formas más comunes de conseguir esto, es acudir a aires acondicionados, pero aunque se recomiende su uso, este debe ser responsable.
Algunas indicaciones para su uso correcto serían:
- Aplicar la función de temporizador por las noches.
- Buscar una temperatura estable para poder mantenerla activa, y evitar sesiones de encendido-apagado, rondando los 26 grados.
- Reducir al máximo posible el tiempo de encendido.
Además, esto lo podremos combinar con otros consejos útiles, como buscar la forma de generar una ventilación cruzada, que además servirá para renovar el aire de la estancia.
4. Una limpieza exigente
Ser exigentes con la limpieza de los espacios siempre es un must, y más en el caso del dormitorio, en el que se trabaja con sus propios tiempos, dependiendo de cada elemento de su composición.
El juego de sábanas, por ejemplo, se recomienda cambiarlo en una media de una vez a la semana, aunque dependiendo del estilo de vida que acompañe a la habitación se aconsejará más brevedad de tiempo entre cambio y cambio.
Así se evitará el excesivo intercambio de bacterias y microorganismos, que puede perjudicar la condición del cabello y la piel. Es importante recordar que los textiles de la cama están en contacto directo con la sensibilidad de la piel del rostro durante mucho tiempo.
El polvo de los muebles comienza a asentarse a partir de la primera semana, por lo que se recomienda que la limpieza del polvo de muebles y superficies se efectúe aproximadamente cada semana y media, y cada semana si se convive con alguna persona que padezca alguna alergia relacionada con el polvo.
Este proceso se puede llevar a cabo con productos sin químicos, para asegurar que se cuida el hogar al mismo tiempo que el planeta, mientras se evitan componentes dañinos.
5. Elegir una fragancia agradable
Para los días calurosos, una fragancia suave, con tonos cítricos y de hinojo, que transporten al Mediterráneo, puede ser ideal, haciendo olvidar el sofoco, y armonizando con la naturalidad del resto del espacio.
Otra elección refrescante puede ser un aroma de huerto, que incluya tomatera, e higuera, y lleve un toque de frescor y aire libre que pasee los sentidos por un jardín de olores.
Las mejores formas de aromatizar una habitación y mantener un ambiente ligero pueden ser unos mikados sobre alguna de las superficies, un poco de incienso en un momento puntual, y aplicar un poco de nuestra fragancia preferida en los textiles de la cama y las cortinas.
Extra. Uso de material natural
El uso de materiales naturales y sostenibles para nuestro hogar ayudará a que el entorno se perciba de una forma más tranquila, al mismo tiempo que aportará texturas interesantes y estimulantes sin sobrecargar la decoración. La madera, el ratán y el bambú pueden ser grandes aliados.