El hogar es un lugar de descanso para el cuerpo, y un refugio para el alma. Para conseguir esto, se recomienda un espacio de mindfulness en casa preparado para esos momentos de relajación tan necesarios. Esto se puede hacer en varias salas y zonas de la casa, para algunas personas puede ser un rincón de lectura junto a una ventana, un sillón cómodo con una mesita, o incluso un espacio junto a la piscina, pero hoy vamos a hablar de preparar un espacio para meditar.
Crear un espacio de meditación en el dormitorio.
En el caso de que dispongas de una habitación de uso exclusivo o que se quiera compartir la experiencia con la pareja en el dormitorio, crear este ambiente puede ser una gran opción.
En el suelo: ¿Tienes una alfombra cómoda y amplia en el dormitorio? Perfecto. Acompáñala con unos cojines y unos plaids, o incluso baja la colcha para encontrar la mejor sensación de calidez y comodidad posible. Para contemplarlo como un espacio de meditación de día, aprovecha la iluminación natural de la ventana para entregarte a esos rayos de sol, que sin duda sumarán un plus a tu experiencia.
Si no se dispone de tanto tiempo, o la habitación es algo más pequeña, también sirve colocar una esterilla de yoga y un par de cojines, la cuestión es hacer una separación en el espacio para sentir un pequeño aislamiento del resto del ambiente.
En la cama: No todo el mundo es de echarse al suelo, pero aunque sea la imagen típica de la meditación, no es tan imprescindible. Sentarse de piernas cruzadas en la cama, acompañada de la textura de los tejidos de la colcha, cojines y camino de cama, también puede convertirse en la más agradable de las sensaciones.
En cualquier caso, se recomienda que para preparar un ambiente relajante, se abra la ventana para que se limpie el aire un rato antes, que el espacio esté limpio y ordenado, y ya entonces proceder con el aire menos denso y la mente más clara.
Crear un espacio de meditación en la sala:
El salón o la sala de estar también pueden convertirse en buenos espacios para descansar la mente, si se preparan de forma correcta. Lo más importante en este lugar es asegurar su tranquilidad, y que nadie vaya a interrumpir la sesión de mindfulness. Si es el caso, lo siguiente vuelve a ser que se encuentre bien acondicionado, ordenado y fresco.
También es importante tener un sonido de fondo que resulte relajante, ya que a algunas personas el silencio absoluto les puede resultar inquietante a la hora de meditar. Una lista de música instrumental para relajación, o incluso de sonidos ambientales puede crear la armonía perfecta.
Para terminar de arreglar el espacio, volvemos a recomendar la posición en el suelo, acompañados de los cojines y textiles del salón, como la alfombra, o alguna manta.
El salón o la sala de estar, además, resultarán mucho más relajante si tiene algún elemento natural, como unas flores.
Crear un espacio de mindfulness en el jardín.
En los días de sol, es imprescindible aprovechar la buena energía que puede darnos la calidez natural de nuestros ambientes de exterior, por lo que nuestra recomendación es, que si se tiene un jardín, se contemple la idea de crear un espacio chill out en él. Unos muebles de exterior, un par de tumbonas y una mesa de centro serán suficientes para crear un espacio completamente nuevo en el que disfrutar del aire puro.
Tips de mindfulness:
Aromaterapia en casa: Este siempre es uno de los mejores complementos de una sesión para dedicar a la relajación de la mente. Se ha demostrado que el uso de velas aromáticas e inciensos ayuda a reducir el nivel de estrés y a aumentar la concentración, así que es el momento perfecto de encender tu esencia favorita.
Ejercicios de respiración: Hacer ejercicios de sostener la respiración y soltar el aire lentamente y controlando los tiempos es una buena forma de empezar para quienes quieren descubrir el proceso de mindfulness desde cero.
Un lugar en la mente: Otro ejercicio que al que se puede acudir en cualquier momento de estrés (no únicamente en las sesiones) es el de pensar en un lugar que transmita paz, éste no tiene ni siquiera que ser real ni tiene la necesidad de haber estado allí antes, puede ser un lugar de un libro, o de un país que quiera visitar. Cerrar los ojos e imaginarse a uno mismo respirando tranquilamente en dicho lugar puede servir para encontrar esa relajación tan necesaria.
Escribir un journal: No todo el mundo está hecho para cruzarse de piernas e intentar poner la mente en blanco. Para las personas que buscan algo más práctico, escribir puede ser un gran ejercicio. En casos de ansiedad extrema sirve incluso con describir poco a poco cada detalle que se percibe del mundo real, con tal de salir de los pensamientos intrusivos, pero también puede ser un diario, una lista de cosas por las que sentirse agradecido, o una historia corta que vaya naciendo de la mente.
Hidratarse con bebidas relajantes: La valeriana, o la tila son los grandes clásicos, pero si te apetece mimarte a lo grande, nuestra recomendación es un buen latte de lavanda con tu leche vegetal favorita.