Conocemos como arquitectura ecológica a las construcciones y diseño de edificaciones dirigido a minimizar el propio impacto medioambiental. Se procura la integración de las edificaciones en entornos naturales, ya existentes o creados, en la optimización de recursos y en su conservación y reutilización.
La arquitectura ecológica a escala social
Según recuerdan Liz Hadly y Tony Barnosky durante su colaboración en el aclamado documental Demain de Cyril Dion y Mélanie Laurent; cuanto más radical sea el cambio que debamos tomar como sociedad en nuestro estilo de vida, mayor choque cultural supondrá, dando lugar a mayores conflictos y molestias. Estimaban que para poder realizar un cambio responsable y lo más cómodo posible (dentro del esfuerzo obvio), se necesitarían unos 20 años, empezando desde ahora, con el fin de completarlo a tiempo.
Este cambio que se menciona debe darse a muchas escalas, tanto energética, como económica, de consumo… y todas estas se ven relacionadas directamente con la forma de interpretar los espacios.
Dentro de la arquitectura ecológica social, destacan algunos proyectos interesantes, como pueden ser los huertos urbanos, que permiten generar una mayor actividad social, incrementan la sensación de comunidad a través de actividades sanas, y conciencia sobre una alimentación más sostenible y natural. Todo eso ha producido una visión romántica de la vida del trabajo en la tierra, y ha aumentado enormemente su popularidad, por lo que resulta el momento ideal para promover estos espacios tanto a pequeña como a gran escala. Consiguiendo que se cultiven los alimentos más cerca de donde se consumen, ahorrando el impacto del transporte y costes más asequibles al ser un comercio sin intermediarios.
Dentro de estos propios huertos y granjas urbanas, la falta de espacio también puede suponer la necesidad de agudizar el ingenio para optimizar los recursos que dan las propias plantas; colocando las hierbas más aromáticas como la albahaca junto a las plantas de frutos, se ahuyentarán muchas especies de insectos invasoras y plagas sin necesidad de pesticidas ni químicos, por ejemplo.
Los materiales de la arquitectura ecológica:
Entrando en el tema a una escala menor, los materiales que componen las viviendas también deben empezar a replantearse, así como la cantidad de recursos necesarios para la construcción como se concibe hoy en día. El uso de grandes maquinarias exige consumo de combustibles fósiles, y los materiales suelen pasar por un proceso de fabricación propio que además genera más residuos. Es por esto que los materiales alternativos para la arquitectura ecológica empiezan a tomar más protagonismo, como en el caso del proyecto Cal Earth, de Nader Khalili, un gran arquitecto iraní-estadounidense que apuesta por materiales como la cerámica y el superadobe para sus particulares construcciones.
“La tierra es el material más ecológico, abundante y duradero que existe y además ¡Está en todas partes! Mil millones de personas en el mundo carecen de hogar o sus casas son débiles y se derrumban, con mi sistema eso no ocurre.”
En este punto es sencillo reconocer que cuando se habla de arquitectura ecológica también se habla de generación de viviendas sociales, accesibles y sostenibles.
Otros materiales a tener en cuenta son aquellos que proceden del reciclaje o la recuperación, como los casos de construcciones a partir de contenedores de transportes, según la patente original de Pillip Clark, o maderas y otros materiales recuperados y preparados de nuevo para volver a ser útiles en una nueva vida.
Arquitectura y diseño ecológico en casa:
Como se ha comentado a lo largo del artículo, cuando se habla de sostenibilidad, se trata de todo un estilo de vida, de aprovechar aquello que ya existe, utilizar su vida al máximo, para después reparar o reciclar y reutilizar, intentando ampliar el clásico de las 3R y convertirlas en una lista de pasos de 7 puntos, entre los que destaque el autoabastecimiento y la economía circular.
¿Pero cómo llevar esta filosofía al día a día en casa?
El entorno y la creación de ambientes también se ven implicados en el diseño ecológico, la elección de mobiliario y decoración fabricada en materiales naturales, vegetales y reciclados es un punto vital, pero también el uso de espacios y objetos que cumplan múltiples funciones. La versatilidad y la creatividad forman gran parte de este ideal, además de convertir cualquier sala en algo más interesante y personal.
También es posible mejorar la calidad de vida y nuestra relación con el planeta desde grandes gestos, como el uso de placas solares, u otros más pequeños como el control del consumo eléctrico y del agua.
Los complementos realizados en fibras de origen vegetal, o las piezas de artesanía también resultan grandes aliados, haciendo que el ecologismo no esté reñido con el estilo y el gusto.